
El sarcasmo: un arma peligrosa
Creemos que son mejores que los gritos o las amenazas, que los insultos o la burla pero no nos damos cuenta que el sarcasmo hiere profundamente la autoestima de los niños (y de los padres), crea distancia entre ambos y distorsiona totalmente el mensaje que se quiere trasmitir.
Cuando le hablas con sarcasmo:
-
-Le enseñas un modo irrespetuoso de hablar y relacionarse con los demás.
-Le faltas al respeto.
-Le dices implícitamente que no es suficientemente valioso para ti.
-Le separas emocionalmente de ti.
-Te colocas ante él en una relación de superioridad alienante.
-Le provocas el deseo de llevarte la contraria y desafiarte.
-Lastimas fatalmente su autoestima.
Nos quejamos de que nuestros hijos son insolentes y arrogantes pero ¡cuántas veces hemos caído nosotros en el mismo defecto, siendo adultos y modelos a imitar!
Padres irónicos, familia incomunicada
Puedes enviar el mismo mensaje a tu hijo sin utilizar la ironía. Incluso estando enfadado, puedes describir tus sentimientos sin necesidad de ser irrespetuoso y caustico. Solo necesitas entrenamiento.
Lo que dices con sarcasmo | Lo que deberías decir con respeto |
¿Crees que soy tu esclavo? | Puedes hacerlo tú mismo. |
¡Por fin lo has pillado! ¡Creía que no lo entenderías nunca! | No te preocupes. Cada uno tiene su ritmo para aprender. |
Largo de aquí, no haces más que molestar | Ahora necesito un rato de tranquilidad. Quiero estar solo. |
¿Eres tonto o qué? | Espero que me entiendas. |
¿A qué esperas? ¿A que venga el hada mágica a recoger lo que tú tiras por el suelo? | Me molesta tu falta de colaboración. Esta casa es de todos y todos colaboramos. Recógelo ahora mismo, por favor. |
Vaya, ahora toda la familia tiene que esperar a que el marqués acabe de arreglarse… | Deberías haber empezado antes a arreglarte. Ahora nos estás retrasando a todos. |
Esta es mi casa. Vete si no te gustan las normas. | Esta norma es in-negociable. |
¿Ahora vas a ser tú quién va a decirme lo que tengo que hacer? | Puede que no estés de acuerdo conmigo pero es mi decisión. |
¡Porque lo digo yo y basta! | Con esta norma no voy a negociar. Es demasiado importante para mí. |
Haz lo que te dé la gana, ya no me importa. | Me sobrepasa esta situación; no sé cómo actuar. |
¡Vale, lo que tú digas, como siempre! | No opino como tú y no quiero/puedo discutir ahora. |
Fuente: www.solohijos.com