Todos tenemos un pasado lleno de cosas buenas y alegres, pero también de cosas malas y dificultades que nos afectan más de lo que deberían en nuestro presente más inmediato… experiencias que en ocasiones, vuelven a renacer…
Es muy importante saber diferenciar los daños causados y no sumergirse en ellos, la manera más práctica de enfrentar el sufrimiento es usarlo de experiencia
Lejos de hundirnos, las decepciones deben ayudarnos a crecer como personas, y debemos aprender a asimilarlas y a hacerlas parte de nuestro ser para que no nos impidan avanzar.